En la habitación de Sofía, los juguetes cobran vida al caer la noche. El soldadito, que se tiene sobre una pierna, cae por la ventana, y la bailarina, enamorada de el, va a rescatarle con la muñeca Pepona.
El soldadito, que acaba en una alcantarilla, se encuentra con una rata, que le inculca el espíritu de supervivencia y superación.